Valores
Los Valores – Asociación de Coaching Femenino ACF
Valores esenciales de una Coach Femenino
- Confianza.
- Empatía.
- Integridad.
- Dignidad.
- Respeto.
- Coherencia.
- Empoderamiento.
- Compromiso.
- Sororidad.
- Liderazgo.
1. Confianza.
Es la base de toda relación de coaching. En el coaching femenino, la confianza se construye desde la presencia auténtica, la escucha respetuosa y el reconocimiento del ritmo y la verdad interna de cada mujer. Confiar es ofrecer un espacio seguro donde la coachee pueda mostrarse sin miedo, y donde la Coach sostenga sin juicio, desde la certeza de que toda mujer lleva dentro su propia sabiduría.
2. Empatía.
Implica sentir con la otra, comprender su vivencia desde el corazón, sin apropiarse ni juzgar. La Coach Femenino cultiva una empatía profunda que permite validar la experiencia emocional de la coachee, conectando desde la humanidad compartida. Es un valor que sostiene la sororidad y permite construir un vínculo de contención real.
3. Integridad.
Ser Coach Femenino exige actuar con honestidad, transparencia y coherencia entre lo que se piensa, se dice y se hace. La integridad es el compromiso ético de acompañar procesos con profesionalismo, sin imponer, manipular ni intervenir desde el ego. Es sostener el rol con humildad, respeto y límites claros.
4. Dignidad.
Cada mujer que llega a un proceso merece ser tratada con dignidad, más allá de sus circunstancias, vivencias o decisiones. La Coach Femenino reconoce el valor intrínseco de la otra, validando su historia y su capacidad de transformación. Defender la dignidad es rechazar cualquier forma de juicio, estigmatización o desvalorización de su capacidad personal.
5. Respeto.
En el coaching femenino, el respeto implica aceptar la singularidad de cada mujer, su cultura, su identidad, sus tiempos y su forma de vivir el proceso. Respetar es también saber cuándo callar, cuándo confrontar con amabilidad y cuándo retirarse si el vínculo no honra a ninguna de las dos. Es un pilar ético y relacional.
6. Coherencia.
Ser coherente es habitar lo que se enseña. La Coach Femenino no solo facilita procesos, sino que también camina su propio camino de autoconocimiento, evolución y autocuidado. La coherencia da credibilidad, sostiene la práctica y nutre la confianza. Es un valor que conecta la teoría con la práctica y el discurso con la acción.
7. Empoderamiento.
El coaching femenino no dirige: acompaña a reconectar con el poder interior. El empoderamiento es el resultado de procesos donde la mujer se reconoce capaz de elegir, poner límites, tomar decisiones alineadas y liderar su vida. La Coach Femenino no da respuestas: despierta posibilidades.
8. Compromiso.
El compromiso es doble: con la coachee y con la propia práctica profesional. Acompañar a otras mujeres requiere compromiso con la formación continua, la ética, la supervisión, el autocuidado y el propósito. Es un valor que refleja responsabilidad, presencia real y disponibilidad emocional para sostener procesos genuinos.
9. Sororidad.
La sororidad es el principio ético y emocional que sostiene la alianza entre mujeres desde el respeto, el cuidado mutuo y la empatía. En el coaching femenino, es la base que permite acompañar sin juicio, sin competencia y desde una presencia que reconoce a la otra como igual. Implica tejer vínculos de confianza donde cada mujer se siente segura, sostenida y libre de mostrarse tal como es. Es una forma de construir comunidad, sanar heridas históricas y fortalecer procesos de transformación desde el amor entre mujeres.
10. Liderazgo.
En el coaching femenino, el liderazgo se expresa a través de la inspiración, la congruencia y el ejemplo personal. La Coach Femenino guía su práctica desde su propio camino de autoconocimiento y evolución, y acompaña a otras mujeres a ejercer también un liderazgo auténtico, conectado con su poder interior y con un propósito claro. Este liderazgo se fortalece en cada sesión, al facilitar decisiones conscientes, promover la autonomía y activar la capacidad de influir positivamente en su vida y su entorno, desde lo que verdaderamente son.
Los valores que guían el Coaching Femenino representan mucho más que principios teóricos o profesionales: son una forma de estar, sentir y acompañar. Sostienen cada encuentro, inspiran cada decisión y dan sentido a la relación entre la coach y la coachee. Actuar desde la confianza, la empatía, la coherencia y la dignidad permite crear espacios seguros y transformadores, donde cada mujer pueda reconectarse con su poder, su sabiduría y su verdad. Vivir estos valores en la práctica cotidiana es ejercer el coaching femenino con conciencia, compromiso y respeto profundo por la vida de otras mujeres. Así, cada proceso se convierte en una oportunidad real de evolución compartida.
